No sé si alguna vez en tu vida te ha tocado lidiar (o convivir) con un desequilibrado mental que te hace la vida imposible y del cual no te puedes distanciar: un familiar, un jefe, un vecino…
Después de intentar razonar por todos lo medios posibles sin resultado, sabiendo que tienes que convivir diariamente con un psicópata de este tipo, acabas decidiendo que lo mejor es decirle a todo que sí (y hacer a sus espaldas lo que crees mejor).