Los bancos centrales mundiales han visto sus reservas de oro devaluarse 560.000 millones de dólares debido a la caída en la cotización del metal esta semana. Mientras tanto, nadie puede pronosticar con certeza cuál será el futuro del metal precioso.
Según la agencia Bloomberg, los bancos centrales disponen de 31.695 toneladas de oro, el 19% de las existencias totales.
Tras 12 años de subida, el precio de la onza de oro en Nueva York cayó en un 29% respecto al récord de septiembre de 2011, cerrando a 1.361,1 dólares el pasado día 15.
Expertos atribuyen el desplome del precio del metal, el peor desde 1980, a la decisión de Chipre de vender la mayor parte de sus reservas para financiar una parte de su plan de rescate.
A eso se añadieron los rumores de que la Reserva Federal estadounidense podría suspender su política económica de flexibilización cuantitativa, es decir, imprimir nuevos billetes por valor de miles de millones de dólares, una práctica que suele reforzar el valor del metal precioso.
Asimismo, la caída se produce en un momento de desaceleración de la segunda mayor economía del mundo. En el primer trimestre de 2013, China mostraba un 7,7% de crecimiento interanual, dos décimas menos que en los últimos tres meses de 2012 y por debajo de lo que esperaban los analistas. Eso significa tanto un posible descenso de la demanda interna china como una necesidad de ajuste de las previsiones económicas mundiales.
El futuro del oro
Varios expertos no excluyen la continuación de la tendencia decreciente, aunque nadie puede dar garantías.
Algunos creen que los acontecimientos de esta semana son parte del final de lo que llaman ‘superciclo de materias primas’, caracterizado por el encarecimiento de varios recursos minerales desde hace más de 10 años.
De hecho, el oro consiguió el valor mínimo de 200 dólares a finales del siglo anterior y después empezó a crecer poco a poco. El incremento fue particularmente fuerte antes e inmediatamente después de la fase aguda de la crisis crediticia.
Los que desmienten esta hipótesis, destacan que el abaratamiento de oro este año sobrepasaba los niveles de otras materias primas, tales como el petróleo. Cabe mencionar que mientras los precios del crudo descendían durante la crisis, el metal amarillo se mostraba más estable, sin aproximarse a los mínimos de muchos años, antes de batir los previos récords.
Tal dinámica quiere decir que el oro es una mercancía que no se puede medir con los criterios habituales de las materias primas.
Otro factor que afecta a los pronósticos de los precios del oro es la demanda al por menor en los mercados en desarrollo, principalmente de India y China.
Debido al fuerte encarecimiento del oro durante los últimos años, los artículos de joyería dejaron de atraer a una buena parte de la naciente clase media de esos países.
Lo curioso es que el desplome de los últimos días fomentó un salto en la demanda de esta clase de consumidores. Esto además coincidió con las preparaciones para el festival Akshaya Tritiya en la India, celebrado este año el 13 de mayo, y amentó la demanda.
Una tendencia semejante se registró también en un país desarrollado, Japón, donde varias empresas de compraventa al por menor duplicaron sus ventas cuando se produjo una rebaja de tan solo un 5%.
Gigante asiático
La atención de los expertos está centrada en los movimientos de los bancos centrales, no solo en las ventas, sino también en la compras. Y eso se refiere al Banco Popular de China.
En los últimos cuatro años Pekín no ha proporcionado ninguna noticia sobre sus reservas de oro y la última cifra que se conoce son las 1.050 toneladas de 2009. Se ignoran los movimientos y la política del banco central en ese mercado últimamente, pero parece obvio que el gigante asiático busca igualar sus reservas con las de las economías desarrolladas. Y es el mejor momento para sacar provecho de los precios y empezar a acaparar oro.
China ha acumulado unos tres billones de dólares en sus reservas de divisas. Bastaría dedicar una pequeña parte de esa cantidad a la compra del metal precioso para invertir la tendencia actual del mercado mundial.
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