Llevamos mucho tiempo dando la paliza con el asunto de la Democracia Directa (o semi-directa). Y aunque parece que al principio a muchas personas esto les sonaba a Chino, poco a poco se está viendo que no solo no es algo extraño, sino que lo extraño es que aceptemos un sistema como el actual, que tiene mucho más que ver con el feudalismo que con la democracia. Aunque aún queda mucho trabajo por hacer para que se entienda mejor.
Ayer sin ir más lejos, escuché algo que me impactó en cuanto al condicionamiento que existe incluso entre aquellas personas que desde el activismo deberían supuestamente tener más integrados algunos conceptos.
Sin que sea excusa ni sirva de precedente, pero ante un cartel como este: “Cañamero, Gordillo, Colau y Vestrynge” en el gallinero sabatino de Telecinco, me animé a ver qué se cocía.
La cosa transcurrió sin sorpresas: el ala derecha mantuvo su habitual discurso destructivo, cínico e institucional, y los invitados esgrimieron los argumentos que defienden. Hasta ahí todo predecible. En un momento dado entraron en el debate unas declaraciones de Cospedal (las que había preparado en el montaje que mantiene últimamente con ciertos medios de comunicación bajo su control para hacer ver que trabaja mientras está de vacaciones). Se trataba, en esta ocasión, de reprochar a los colectivos que reivindican derechos, el que no entrasen en el juego representativo (política de partidos), siendo así estos, en su opinión, movimientos ilegítimos por antidemocráticos. Al hilo de estas afirmaciones, recordaron los invitados, que los derechos de manifestación, reunión y asociación, como contestación social, están recogidos en la constitución y son por tanto herramientas válidas, y que la votación en elecciones no es la única vía de participación.
Bien… el caso es que alguien (creo que fue Colau), advirtió que ante tanta defensa de la democracia por parte de los políticos profesionales, resultaba chocante que ciertos asuntos no se sometieran a referéndum (hay que decir que es la única que apuntó esa línea argumentativa, mientras el resto callaban). Y ahí es cuando dejó de interesarme el programa. ¿Que “sometan” a referéndum? ¿Y ya está? ¿Tenemos que esperar la magnanimidad de nuestros empleados? Entonces andamos muy lejos de haber entendido nada.
No podemos desaprovechar las ocasiones en las que nos restriegan su putrefacta “democracia” sin gritar a los cuatro vientos que cualquier parecido de nuestro modelo social con una democracia es pura casualidad. Y tenemos todos los argumentos habidos y por haber para demostrarlo. Entre otros muchos, uno que debieran conocer muy bien estos invitados: “la protesta es el recurso del que no puede decidir ni hacer otra cosa” ¿no es suficiente argumento?
Seguro que debe ser muy complicado asumir tanta libertad tras tantos años sometidos, pero, es muy posible que después de ver la siguiente entrevista a nadie le queden dudas. Comprobaréis que no hay ideología en absoluto, sino respeto en todos los casos.
Fuente: Iniciativadebate
No hay comentarios:
Publicar un comentario