“La economía está para servir a la gente y en modo alguno ha sido este el caso durante los últimos años”, reconoció no obstante la canciller”, tras una audiencia de 45 minutos en el Vaticano
La canciller alemana Angela Merkel y el Papa Francisco, en su reunión de este sábado en el Vaticano.
La canciller alemana, Angela Merkel, ha mantenido un encuentro con el Papa Francisco en el que la jefa del Ejecutivo alemán ha respondido a las críticas del Pontífice contra “la dictadura de la economía” pidiendo una mayor regulación de los mercados. “Las crisis estallan porque no se respetan las reglas del mercado social”, declaró Merkelal término de la inusualmente larga reunión de 45 minutos con el Papa. “La economía está para servir a la gente y en modo alguno ha sido este el caso durante los últimos años”, reconoció no obstante la canciller.
El pasado jueves, el Papa emitió una dura crítica contra el sistema financiero. “La adoración del antiguo cordero de oro”, declaró Francisco, “ha encontrado una nueva y despiadada imagen de la superstición en el dinero y en la dictadura de la economía sin rostro ni objetivo realmente humano”.
En respuesta, Merkel declaró ante los medios que los escándalos criticados por el Papa demuestran que “los diferentes mecanismos de control no han funcionado correctamente”. “Estamos progresando pero en modo alguno hemos llegado a un punto en el que podamos descartar un descarrilamiento similar en un futuro”, consideró la canciller.
“El Papa Francisco ha dejado muy claro que necesitamos una Europa fuerte y justa, y creo que su mensaje incita al ánimo”, declaró Merkel, presidenta de su partido Unión Democristiana, quien resaltó que tanto ella como el Papa han vivido “bajo el yugo de la dictadura”. Él, bajo la Junta Militar argentina; ella, bajo la Alemania comunista.
La canciller aprovechó su visita para regalar al Papa (quien vivió brevemente en Alemania como sacerdote jesuita) tres volúmenes de poesía de Friedrich Hölderlin y nada menos que 107 discos del compositor y maestro de orquesta alemán Wilhelm Furtwaengler. “No sé si tendrá tiempo para escuchar todos”, bromeó la canciller.
Fuente: Público
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