06 octubre 2013
«Mi hija no tiene grandes ambiciones porque conoce lo dura que es la vida política, lo ha visto en las carnes de su padre», declaró el ministro Miguel Arias Cañete, el alto cargo quizás con mayor peso económico del Gobierno. Pero al contrario, Micaela Arias Domecq, subdirectora adjunta de Energía en la Comisión Nacional de Mercados y Competencias (CNMC) -un inútil organismo regulador que permite que la energía española sea la más cara de Europa-,hija de Arias Cañete y Micaela Domecq, no ha visto aún la dureza con que la vida política trata a su padre.
Casada con Germán Domecq Wenetz, para sacarla de círculo tan cerrado que quizás provoque tan molesta ceguera, presentamos las fotografías de su padre el ministro en el sacrificado ejercicio de su cargo. Y animamos a nuestros lectores a que nos hagan llegar también otras imágenes e informaciones de Beatriz de Guindos, sobrina del ministro de Economía y también alto cargo de la CNMC -”por oposición, por supuesto”-.
O de Alejandra Collado, la hija del miembro del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), Miguel Collado, que recién licenciada fue contratada por su padre como secretaria del CGPJ por 2000 euros mensuales. Todo “legal”, por descontado, ya que era un puesto “de confianza” y era “la mejor solución posible”. Son los tres últimos casos conocidos en la partitocracia española pero, por desgracia, no los únicos ni los últimos.
Tampoco es ilegal que José Ruiz-Gallardón, hijo del ministro Alberto Ruiz Gallardón, trabaje en elbufete Uría y Menéndez y que junto a Esteban Astarloa, hermano de Ignacio Astarloa, ex-secretario de Estado de Justicia, hayan defendido jurídicamente al “conductor kamikace” que el ministro Gallardón indultó. Cuando todo se destapó, el Ministerio se apresuró a declarar que el hijo del ministro “no tiene relación” con el indulto, aunque no se haya puesto en duda que la tenga con su padre, para desgracia de sus víctimas.
Otros hijos han corrido mejor suerte: las dos hijas de Ana Mato fueron obsequiadas con una fastuosa fiesta de cumpleaños con 5.000 euros en confeti por los “capos” de la trama Gurtel, junto con un viaje a Disneyland París. Gastos que además el padre de las hijas, el senador Jesús Sepúlveda, en un ejercicio soberano de impune desfachatez, consignó dos veces en su declaración a Hacienda.Ana Mato, sin embargo, cuyo hermano Gabriel Mato es eurodiputado, no negó que fueran sus hijas sino que ella fuera la corrupta, dejando entrever que era su pareja, es decir, su padre (el de sus hijas).
Otro caso de infortunadas casualidades consanguíneas es el del ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, que ha sido objeto incluso de un reportaje titulado: “La Gran Familia” porque enchufó a esposa, hermanos, hermana, cuñado, cuñada y primo hermano… de su mujer, una de las cuales llegó incluso a ser detenida. “Esa especie de endogamia ha sido generalizada: la mitad de las mujeres de los inspectores de Trabajo y de muchos delegados trabajan en las dependencias de la Dirección Provincial de Trabajo“, se defendía el que se preparaba para ministro.
Su colega el ministro Arias Cañete también se defiende desvelando que las ex ministras socialistas Leire Pajín y Bibiana Aido han “comprado” su puesto de trabajo en Nueva York otorgando subvenciones millonarias a los organismos internacionales que luego las contrataron. Arias Cañete lo dijo en RTVE pero no se lo trasladó a su compañero de escaño y de gabinete, el ministro de Justicia, ni a la Fiscalía Anticorrupción, bajo la órbita del PP, que se quedó silbando y mirando al cielo. ¿También casualidad?
Quizás también lo sea el patrimonio de Arias Cañete: al año gana 95.000 euros como abogado, 22.000 por consejos de administración, 24.000 le paga el PP, 6.500 euros en trienos como funcionario aunque no ejerza, 43.000 en dividendos del Banco Santander, Mapfre, Petrolera Ducar y BBVA, 4800 por alquileres y 3800 por sus tertulias, que poseen fama por su locuacidad. El sueldo de ministro (70.000 euros), aparte, pagando por todo 75.000 euros por IRPF. Con cuatro casas, un local, un garage, 60.000 euros a plazo fijo, 40.000 en cuentas corrientes, 400.000 euros enacciones (entre ellas en Petrologis Canarias, que regula su amigo el ministro José Manuel Soria), 95.000 enfondos del Congreso de los Diputados y de la Abogacía y un Alfa Romeo, un Austin Cooper y una moto “scooter”, la hija de Arias Cañete sabe bien la dureza de la vida política.
Son numerosos los hijos, sobrinos, primos, cuñados, yernos, etc… de políticos y ex políticos españoles -sin contar a los sindicalistas, con quienes se intercambian las “oposiciones” de los puestos menos remunerados- que gozan de la gran fortuna y enorme suerte de trabajar en la Administración. Lo hacen “por oposición”, “por confianza”, “por casualidad”, porque es “la mejor solución posible” o directamente “por enchufe” o “porque me da la gana”, según presumen sus benefactores cuando se les pregunta, en público o en privado, ya que nunca rinden cuentas ante los jueces.
Cuando las próximas elecciones de 2014 y 2015 alumbren unas nuevas cámaras más decentes y transparentes con nuevos partidos y candidatos que así lo exijan de forma clara, contundente y sin lasambiguedades con las que la casta esconde sus mentiras, todos los familiares de políticos y cargos públicos que posean a su vez otro sueldo estatal, subvención o concesión administrativa deberán ser revisados, independientemente del año en que se produjo su acceso. Una simple ley que elimine la prescripción del delito bastaría, ya que éste se produce “in cotinuum”, pues se sigue cobrando del erario público hasta la jubilación.
Conocemos también los casos de padres catedráticos, rectores, vicerrectores y decanos que, por casualidad, tienen hijos, sobrinos y parientes profesores o empleados de universidad en el mismo centro público. El más curioso es el de otro catedrático que tiene en nómina a todos sus hijos y a todas las novias de sus vástagos en la misma universidad, de nombre regio y ubicada en Madrid, según nos informan nuestros lectores. Cuando terminemos de adentrarnos en el frondoso árbol genealógico de esta familia la daremos a conocer, para que sean otros los que en un futuro puedan podar sus ramas.
Mientras tanto, sirva este album fotográfico como aperitivo que, si bien sabemos no saciará las generosas carnes del ministro, al menos sí servirá para ilustrar sobre las mismas a los ingratos ciudadanos que no valoran la “dura vida política” que deben soportar tan a regañadientes nuestros admirados próceres. Porque la lista quizás sea tan larga como los años que algún día deberán pasar ante un tribunal para justificarla.
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