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domingo, 13 de octubre de 2013

El 11 de Septiembre


Todos hemos podido ver como el 11 de Septiembre de 2001 dos aviones impactaban contra las Torres Gemelas, y como 2 horas más tarde éstos se derrumbaron provocando el pánico, unas 3.000 personas perdieron la vida aquel día y muchas más en meses y años posteriores por secuelas del fatídico acontecimiento.

10 años después todavía somos muchos los que tenemos preguntas sin resolver sobre lo acontecido. Dos teorías que han cogido mucha fuerza en internet y algunos medios de comunicación intentar resolver dichas dudas.

La primera versión admite la existencia de secuestradores islámicos, no se plantea la posible demolición de las Torres y afirma que el gobierno de EE.UU. tenía conocimientos previos de los ataques pero los permitió.
La segunda versión acusa directamente al gobierno de EE.UU de orquestar y perpetrar los ataques en una operación de falsa bandera. Este grupo si se cuestiona las causas del derrumbe que sería una demolición controlada y algunos afirman que se pudieron utilizar aviones no tripulados para los ataques.

Hay muchas personas, organismos y asociaciones muy relevantes que se han decantado por apoyar estas teorías de la conspiración.

Un ejemplo es Morgan Reynolds, ex consejero económico de la administración de George W. Bush (actualmente profesor emérito de la universidad A&M de Texas), funcionario de mayor rango que afirma que la versión oficial es “falsa”. En un artículo del 13 de junio de 2005 Washington Times, Reynolds dijo que ” es imposible negar la existencia del debate científico alrededor de las causas reales del desplome de las Torres Gemelas y de la Torre 7. La tesis oficial se contradice. Únicamente una demolición profesional, controlada, puede explicar todos los elementos probados en la investigación sobre el desplome de los tres edificios.”

Otro defensor es la organización Red Voltaire francesa, donde el periodista de investigación Thierry Meyssan, en su libro “La gran impostura” defiende por ejemplo que en el Pentágono no se estrelló ningún avión.

También Giulietto Chiesa, periodista, político italiano y diputado del Parlamento Europeo, exige una nueva investigación internacional independiente, es uno de los autores del documental Zero, resultado del trabajo de un grupo de científicos, periodistas, ex políticos y agentes de servicios de inteligencia.

Grupos como Movimiento por la verdad del 11S también solicitan una nueva investigación y se apoyan en páginas como 9/11 Myths para refutar sus tesis y realizan conferencias por internet y por todo el mundo para promulgar su verdad.

Medios de comunicación como el Mundo y parlamentos como el venezolano y japonés también apoyan estas teorías.

Las Torres Gemelas

Las Torres con mas de 400 metros de altura y 110 pisos estaban preparadas según aseguró Lee Roberston, ingeniero del proyecto, para aguantar vientos huracanados (de hasta 225 km/h) e incluso el embiste de un avión. Concretamente el de un Boeing 707. Pero algo falló. Apenas dos horas después del primer choque, las torres caían como un castillo de naipes, con una cuenta atrás de sólo 10 segundos. La versión oficial apunta al gran impacto de los Boeing 767, sumado a la carga de combustible y a los incendios que provocaron. Todo quedó reducido a escombros y envuelto en una nube de humo y polvo.

Para la teoría de la conspiración esta caída de las Torres guarda muchas preguntas sin resolver, lo primero son todas las explosiones que los allí presentes como policías, bomberos o incluso el portero de la Torre 1 que posteriormente fue condecorado por su valentía, aseguran haber escuchado antes del colapso, otra de las cuestiones reseñables fue la increíble velocidad de caída de los edificios ya que si el motivo es el fallo de la estructura en la zona del impacto es inexplicable que los edificios cayeran a la velocidad de la caída libre, es decir, sin resistencia alguna, esto solo se puede explicar según los expertos con explosiones controladas como en una demolición, donde estas explosiones liberan al edificio de la resistencia de los pisos inferiores consiguiendo esa velocidad es su caída.

Mike Berger, coordinador de la web 911 Truth, sostiene que el antes de 11S ningún edificio había colapsado por un incendio. Sin embargo, en el 11S se derrumbaron tres rascacielos del World Trade Center, recordemos el edificio 7 del que luego hablaremos, Mike afirma que todos muestran evidencias de demolición controlada.

David Lind, otro miembro de 911 Truth, repara en los fallos cometidos por la seguridad aérea, Norad, En su opinión, “es difícil creer que ningún caza interceptara los aviones cuando existen protocolos bien definidos para operar en el caso de que cualquier avión penetre en el espacio aéreo estadounidense o se desvíe de la ruta asignada”.

Los teóricos tampoco ven en el combustible de las aeronaves ni en el fuego posterior razones suficientes para su desplome. Señalan al humo negro que salió de las torres. Algo que es indicador, según sus expertos, de escasez de oxígeno.

Para refutar la teoría de la demolición muestran fotografías de las columnas de las Torres cortadas en ángulo de 45°. Según los partidarios de la teoría de la conspiración este ángulo es característico del uso de termita para cortar columnas de acero en demoliciones controladas y no encuentran otro motivo para que los cortes estuvieran realizados en diagonal, lo que les lleva a concluir que tal corte prueba que se usó termita.

Otros argumentos no menos importantes serían las altas temperaturas que alcanzó el sótano de las Torres que parecía una fundidora 2 meses más tarde del derrumbe y que los científicos no consiguen explicar sino por el efecto del uso de termita o supertermita para su demolición y una imagen muy sorprendente donde se ve una persona asomada en la Torre, apoyada en el acero del edificio justo en el lugar que dejo el avión al entrar, si estos pisos estaban ardiendo tanto como para derrumbar estos colosos y alcanzando temperaturas para derretir el acero como en una fundidora, como podía una persona estar en ese lugar justo antes del desplome, muchas más son las dudas que todavía 10 años después siguen sin respuesta.

Edificio 7

Tenía 204 metros de altura y 47 pisos y contra él no chocó ningún avión ni sus incendios se vieron avivados por el queroseno. Pero acabó derrumbándose a una velocidad de vértigo. Las informaciones oficiales hablan de que fue ‘víctima’ de la caída de las Torres Gemelas y de las altas temperaturas alcanzadas en el interior, alegando a su vez fallos en el sistema de agua. Estos datos fueron omitidos en el informe final de la Comisión 9/11, es decir, este edificio pese a derrumbarse el mismo día y supuestamente por el mismo atentado no fue mencionado en ningún informe.

Los defensores de estas corrientes vuelven a recurrir a su teoría del fuego —es la primera vez en la Historia que un edificio de acero se viene abajo por esta causa—. Tiran de fotografías que exponen en sus webs y muestran cómo las llamas sólo eran pequeños focos. Se preguntan cómo es posible que provocaran que el edificio se viniera abajo y ponen como ejemplo el Windsor. El edificio madrileño ardió durante más de 20 horas, pero su estructura siguió en pie. Para explicarlo hablan de posibles detonaciones.
Andreas von Bülow, miembro del gabinete de Helmut Schmidt y miembro del Parlamento Alemán y antiguo ministro de defensa, afirmó en entrevista radial con Alex Jones el 20 de abril de 2006, que los ataques fueron realizados por los más altos niveles del aparato de inteligencia de Estados Unidos y que usaron la Torre 7 como búnker de comando, la cual fue posteriormente demolida para destruir toda evidencia y la escena del crimen. Según von Bülow, “los relatos oficiales son tan equivocados que debió haber sido un trabajo desde adentro”.

El alcalde Rudolph Giuliani había abierto un centro de comando de emergencias en el piso 23 de la torre 7 en junio de 1999 para responder a cualquier ataque terrorista. Ese fue el sitio óptimo, postula von Bülow, desde el cual los aviones se pudieron controlar remotamente. Según su hipótesis hubo dos procedimientos. Uno fue el vuelo de los aviones y el segundo las explosiones. Von Bülow cree que debió ser un pequeño grupo dentro de la CIA y con la ayuda de los servicios secretos de Arabia Saudita y Pakistán.

También me gustaría señalar algunas de las agencias que ocupaban este edificio para que se entienda la importancia de su derrumbe.
Securities & Exchange Commission (el equivalente a la Comisión Nacional del Mercado de Valores), que investigaba casos de importancia de corrupción como el de Enron.
Búnker de emergencia de la alcaldía (Mayor’s Office of Emergency Mgmt).
Servicio Secreto de los Estados Unidos (U.S. Secret Service).
La CIA
Departamento de Defensa

Otro dato importante a comentar al respecto es la cadena BBC World que informó de la caída de este edificio 20 min antes de que se produjera, podemos ver en las imágenes como el edificio todavía se veía tras la periodista y nada hacía presagiar su caída ya que sería el primer caso como hemos comentado anteriormente, muchos ven en este hecho la posible implicación del gobierno y las cadenas de televisión para orquestar el pánico mundial.

El Pentágono

En esta línea hay dos corrientes: los que hablan de que fue un misil y no un avión lo que se estrelló contra el Pentágono, y los que simplemente piensan que no hay pruebas suficientes que avalen el choque del Boeing 757. Entre ellos, destaca la organización francesa Red Voltaire, donde el periodista Thyerry Meyssan levantó ampollas con su libro ‘La gran impostura’, dedicado a desmontar la versión oficial de lo acontecido allí y acusar a políticos, empresarios y militares de orquestar una operación.

La clave está en las imágenes, las que han salido a la luz y las que no. Los críticos señalan que el agujero que muestran las fotografías es de un tamaño muy inferior al que provocaría un avión de este tipo, e insisten en que no se aprecia ningún resto de fuselaje, ni alas, ni asientos… Las escasas instantáneas y el único vídeo difundido por el Gobierno de EEUU no aclaran, más bien avivan, estas cuestiones. Rodeado como está de cámaras, no se explican por qué sólo muestran una grabación en la que no se distingue con claridad qué fue lo que impactó contra el Pentágono. Las informaciones que manejan aseguran que el resto de cintas fueron requisadas por el FBI, incluida la de una gasolinera cercana.

La trayectoria del aeroplano también ha sido centro de sus indagaciones. ¿Por qué el ala oeste? En aquellos momentos esta zona estaba en obras y no había personal. Donald Rumsfeld, entonces secretario de Estado de Defensa, y todo su ‘séquito’ se movían por la zona este del edificio.

Se detienen también en lo referente a la seguridad del Pentágono, centro neurálgico de los servicios de defensa e inteligencia de EEUU. Pasaron 40 minutos desde que el primer avión chocó hasta que el vuelo 77 llegó a su destino. ¿Por qué éste no fue interceptado por la fuerza aérea? ¿Por qué los radares no lo detectaron? ¿Qué ocurrió con las baterías antimisiles que rodean al Pentágono? Dudas que se dirigen hacia el NORAD. Esta organización controla la defensa aérea de EEUU y entre su s protocolos de seguridad se incluye hacer despegar cazas ante cualquier situación desconocida, incluso que un avión comercial se desvíe de su ruta. La base Andrews se encuentra apenas a 19 kilómetros del Pentágono. Pero los cazas no llegaron.

El vuelo 93

Aunque el Informe de la Comisión sobre el 11-S establece que la causa de que el vuelo 93 de la United Airlines se estrellase en un campo de Shanksville, Pennsylvania, fue causada por el intento de los pasajeros de tomar el control de la nave, existen teorías que afirman que dicha aeronave fue derribada por un ataque de cazas de la Fuerza aérea de los Estados Unidos.

Este vuelo era el cuarto avión implicado en los atentados y fue el único en no alcanzar su objetivo, que era el Capitolio. En el momento de estrellarse (10:03), los otros tres ya habían chocado contra las Torres Gemelas (8:46 y 9:02) y el Pentágono (9:37). Las primeras versiones oficiales fueron que se había procedido a abatirlo en ese momento de alarma nacional, para evitar males mayores. Pero pronto se cambió esta información a la versión oficial, y comúnmente aceptada, de la revuelta de pasajeros. En esta versión de los hechos se basa la película United 93.

Algunos de los llamados Teóricos de la Conspiración, como David Ray Griffin, defienden que el vuelo 93 fue derribado por cazas estadounidenses y para ello se basan principalmente en algunos testimonios que afirman haber visto reactores persiguiendo el avión y oído explosiones antes del choque y en la gran dispersión de los restos de la aeronave. Un motor de media tonelada fue hallado a unos 700 m del lugar donde se estrelló y otros restos fueron encontrados a más de 10 km de este sitio.

Entre sus seguidores está David Ray Griffin, un profesor de Filosofía que ha publicado varios libros sobre el 11-S. Griffin recurre a varios testimonios que aseguran haber visto varios cazas persiguiendo al avión. También apuntan a varias explosiones anteriores al impacto contra el suelo. Aseguran, además, que los restos del avión quedaron demasiado lejos del siniestro.

Otra corriente se desmarca poniendo en duda que allí se estrellara alguna nave. Para ello se basan en declaraciones de algunos periodistas presentes en la zona y en algunas entrevistas a bomberos que apuntaban en la misma dirección.

¿Dónde estaban los cazas?

«Incompetencia». Esta es la razón que se expone en el informe final la Comisión de investigación sobre por qué no despegaron los cazas. Alegan que los interceptores de EEUU volaron demasiado tarde y que todo fue una cuestión de incumplimiento de las obligaciones. Los simpatizantes de esta teoría razonan que un error así hubiera debido tener consecuencias, y cuentan que no hay informes de que nadie haya sido castigado por ello, ni que haya habido expedientes ni despidos. Por ello no se creen esta explicación y enumeran varios casos en los que los cazas volaron simplemente para comprobar una ruta desviada. Afirman que son cuestiones de rutina y que no es una excepción llamar a las fuerzas armadas ante una situación desconocida.

Aunque para ellos, en lo que respecta a EEUU, resulta difícil de creer que los Boeing 767 llegaran a las Torres, lo más inexplicable, dicen, ocurrió en Washington. Tras los dos impactos en el World Trade Center, un avión voló hacia el Pentágono, giró de forma brusca y se dirigió hacia él. Aunque la base Andrews está a pocos kilómetros y alberga, además del Air Force One, dos escuadrones listos para intervenir de F-16 y F-18 y, sin embargo, no llegaron.

En el noreste de EEUU hay numerosas bases aéreas, pero tampoco respondieron a la alerta. Desde el bando de la conspiración abren un nuevo frente: los ejercicios de guerra. Algunos investigadores, como Michael Ruppert, aseguran que «los aviones no respondieron porque no sabían dónde ir». Aluden a las prácticas ese mismo 11 de septiembre (unas en Canadá y otras al norte de Alaska), algunas incluso que simulaban secuestros aéreos. En el informe oficial se menciona la operación ‘Guardián Vigilante’, en la que se enmarcaban éstas. Según su versión, la falta de cazas y la confusión entre lo que realmente ocurría y los simulacros hicieron el resto.

Secuestradores y Bin Laden

El informe final de la Comisión 9/11 comienza nombrando a los 19 secuestradores. Los mismos 19 que aparecen en la primera lista que sacó el Gobierno de Bush. Y según el llamado Movimiento por la Verdad, seis de ellos siguen vivos, donde se descarta la explicación sobre la coincidencia de nombres y apellidos.

Algunos defensores de la teoría del ataque a la propia bandera o autoatentado afirman que Osama Bin Laden no tiene nada que ver con los atentados del 11 de septiembre. Inicialmente, Bin Laden negó la autoría de dichos ataques en un comunicado a la cadena de televisión Al Jazeera pocos días después de los atentados. Más tarde, se encontró en Jalalabad un vídeo donde confirmaba su culpabilidad. Los partidarios de la conspiración afirman que dicho vídeo es un montaje, que el que sale en él no es Bin Laden, y exponen las siguientes razones: en primer lugar, el poco parecido físico del hombre del vídeo con Bin Laden; en segundo lugar, el hecho de que lleve un anillo de oro, que está prohibido por el islam; y en tercer lugar, que escriba una nota con la mano derecha cuando en realidad Bin Laden es zurdo. Bin Laden reivindicó los atentados por primera vez en octubre de 2004, es decir, tres años después de cometidos, justo antes de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, enviando un vídeo a la cadena de televisión Al Jazeera, en el que se le ve con aparente buena salud, leyendo un papel, y haciendo gestos a cámara para enfatizar parte del discurso.

En la página web del FBI se atribuyen a Bin Laden varios atentados terroristas pero no los del 11-S.El periodista Ed Haas (editor y redactor del Muckraker Report) se comunicó el 5 de junio de 2006 con el cuartel general del FBI sobre este asunto. Rex Tomb, jefe de Publicidad Investigativa del FBI, le dijo: La razón de por qué el 11/9 no es mencionado en la página de Osama Bin Laden como más buscado es porque el FBI no tiene evidencia convincente de su conexión con el 11 de septiembre.

El papel de Israel
Previamente a los atentados existió un escándalo de espionaje israelí que fue tapado por el atentado. De hecho, muchos de los detenidos después de los atentados eran espías israelíes que fueron despachados a Israel.
En Israel dos trabajadores de la empresa Odigo fueron advertidos por mensajería instantánea de la posibilidad de un atentado en un lugar no especificado. Algunos defensores de la teoría de la conspiración ven esto como un indicio de que fueron avisados de la inminencia del atentado en las Torres, dado el momento en el que el aviso se produjo (unas dos horas antes del ataque), a pesar de que dicha empresa no tiene situada su sede de Nueva York cerca del WTC y de que el aviso fue enviado a la sede israelí.
El 11 de diciembre del 2001, la cadena norteamericana Fox News denunció el conocimiento previo que tuvieron los servicios secretos israelíes de los atentados del 11 de septiembre. Sesenta israelíes acusados de formar parte de una red de espionaje contra el gobierno de Estados Unidos están entre los cientos de personas que permanecen detenidas desde los atentados. Un grupo de estos israelíes —que son, según Fox News, militares o agentes de inteligencia— han sido detenidos bajo cargos relacionados con la inmigración o bajo la cobertura de la nueva Ley Antiterrorista. Entre los sospechosos detenidos se encuentran cinco israelíes, que estaban en lo alto de un tejado en Hoboken, New Jersey. Otros dos israelíes más fueron detenidos en Cleveland.

Movimientos bursátiles

¿De dónde vino el dinero empleado en los ataques del 11-S? El informe final no lo responde, así que los adeptos de la conspiración no dudan en utilizar la pregunta como un argumento más. Dólares que hacen inevitable hablar de la Bolsa. Afirman que, días antes de los siniestros, hubo movimientos extraños relacionados con compañías aéreas implicadas en los atentados o empresas que tenían sede en el WTC. En el supuesto de que hubiera personas que conocieran lo que iba a ocurrir, éstas podrían haber intentado sacar beneficio económico de ello.

La Comisión calificó estas transacciones de no relevantes, pero estas personas detallan que las acciones de United Airlines (uno de sus aviones impactó contra la torre Sur y otro se precipitó en Pensilvania) cayeron un 42%, mientras que las de American Airlines (torre Norte y Pentágono) lo hicieron un 39%. Operaciones de venta que, en algunos casos, se llevaron a cabo con Morgan Stanley Dean Witter & Co., una empresa que ocupaba 22 pisos en el WTC. Las ganancias de estos movimientos ascenderían a cientos de millones.

Pero si se habla de dinero y del WTC no puede faltar un nombre: el de Larry Silverstein. Se trata del magnate que alquiló las Torres Gemelas unos dos meses antes del atentado. Por el contrato adquirió una póliza de seguros de 3.500 millones de dólares. Pero éste sólo se cobraría en caso de un ataque terrorista —hay testimonios que dicen que sin ese seguro, no habría podido cerrar su renta—.

Silverstein también ha sido objeto de los conspiradores, sobre todo después de una entrevista donde dijo: «Recuerdo haber recibido la llamada del jefe de bomberos diciendo que quizás no podrían detener el fuego. Y yo dije: ‘Ya perdimos demasiadas vidas, quizá lo más inteligente sería sacarlos (a los bomberos)’. Ellos tomaron la decisión de derribarlo [el edificio 7]». Muchos ponen la puntilla en la palabra ‘sacarlos’, como si estuviera dando permiso para el derrumbe de las Torres.

Otros hechos polémicos
Existió un movimiento bursátil previo a los atentados cuyas raíces conducen a la plana mayor de la CIA.
Más de 9 servicios de inteligencia extranjeros (Gran Bretaña, Francia o Egipto, por ejemplo) habían advertido de un atentado inminente en Estados Unidos usando aviones. Además, grandes personalidades de los servicios secretos de todo el mundo han dicho que es imposible que los atentados del 11 de septiembre fueran ejecutados sin la ayuda de un servicio de inteligencia fuerte.
El 11 de enero de 2008, los telespectadores japoneses pudieron ver en directo una audiencia senatorial en la que el presidente de una comisión parlamentaria interrogó severamente al Primer Ministro y a los ministros de Relaciones Exteriores, de Finanzas y de Defensa cuestionando la versión oficial , debido a que algunos ciudadanos japoneses murieron en los atentados del 11-S. Sin embargo, esta intervención ha sido muy poco comentada en los medios de información.
Las teorías alternativas aducen que los pilotos suicidas eran inexpertos y no hubiesen podido pilotar los aviones hacia sus objetivos. Hosni Mubarak, ex presidente de Egipto, afirmó que, a pesar de ser general de la Fuerza Aérea y de tener miles de horas de vuelo, sería incapaz de dirigir un Boeing con la precisión necesaria para impactarlo contra una de las Torres Gemelas. Muchos detractores de la versión oficial afirman que hay muchos pilotos expertos que no se ven capaces de realizar dichas maniobras, deduciendo de ello que es improbable que pilotos poco experimentados las llevaran a cabo. Esta versión es desmentida por el piloto e instructor de vuelo Giulio Bernacchia, quien explica cómo y por qué pudieron los terroristas pilotar los aviones.
Algunos de los supuestos pilotos suicidas, de quienes se ha dicho que eran fanáticos religiosos obsesionados con el islam, no seguían a rajatabla las normas del islam. Es el caso de Mohammed Atta, quien tenía una relación con una mujer que trabajaba en clubs de striptease, bebía alcohol, consumía carne de cerdo (ambas cosas prohibidas por el islam) y fue calificado por algunos como “un juerguista”. Los partidarios de las teorías alternativas ven esto como una incoherencia con el hecho de que los terroristas fueran musulmanes fanáticos. La explicación dada a este hecho por quienes se oponen a dichas teorías es que Atta pertenecía a una secta llamada Takfir wal-Hijra, que permite a sus miembros muchas licencias con el objetivo de mezclarse con la población.

Muchas son las preguntas que siguen rondando la cabeza de muchos expertos y de muchos que no somos tan expertos en la materia, ese día tuvo muchas repercusiones a nivel mundial por lo que no debemos dejarlo en el olvido y conseguir una nueva investigación independiente que aclare científicamente y con hechos probados que ocurrió ese día y más importante es para los estadounidenses ya que los atentados también permitieron al Pentágono mantener programas de seguridad heredados de la Guerra Fría y emprender otros y leyes muy restrictivas para sus ciudadanos, quizá estas leyes posteriores también nos puedan guiar hacia el culpable de estos ataques.

Fuentes: http://es.wikipedia.org/ y http://www.elmundo.es/

Mario Sánchez redactor de Seguridadsemanal

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